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Guía de Daedalus Encounter, The
Guía añadida por Administrador el 2003-10-03
 
THE DAEDALUS ECOUNTER

CORRÍA EL AÑO 2135  y  TRANSCURRÍAN LOS ULTIMOS DÍAS DE LA PRIMERA GUERRA INTERESTELAR ENTRE LAS FUERZAS DE LA FEDERACIÓN TERRESTRE Y EL IMPERIO VAKKAR. CASEY O'BANNON ERA EL PRIMER ARTILLERO DEL TALON, UN MODERNO INTERCEPTOR PILOTADO POR ARIEL MATHESON Y ZACK SMITH, Y MANTENÍA UNA CORDIAL RELACIÓN CON UNOS COMPAÑEROS OUE CONOCÍA DESDE LOS TIEMPOS DE LA ACADEMIA ESPACIAL. PERO DURANTE UNA MISIÓN DE PATRULLA, UN GRUPO DE CAZAS ENEMIGOS  SURGIO DEL HIPERESPACIO Y ATACO EL ESCUADRÓN DEL OUE FORMABA PARTE EL TALON.
PESE A DESTRUIR VARIAS NAVES DE LOS VAKKAR, CASEY NO PUDO HACER NADA POR EVITAR OUE UN DISPARO ENEMIGO DAÑARA SERIAMENTE EL CONTROL DE NAVEGACION DEL TALON Y OBLIGARA A LA TRIPULACIÓN A ABANDONAR LA NAVE.
ARI Y ZACK CONSIGUIERON ALCANZAR EL ESPACíO SIN PROBLEMAS, PERO LA CÁPSULA DE  SALVAMENTO DE CASEY CHOCÓ CONTRA UN TROZO DE FUSELAJE DE UN CAZA ENEMIGO.

 

Dos meses más tarde cuando Casey despertó de nuevo, lo primero que vio fue el rostro familiar de su compañera Ari. La joven intentó explicarle que el choque sufrido había sido brutal y que los tecnomédicos solo hablan podido salvar su cerebro y lo habían implantado en un sistema de mantenimiento de constantes vitales. Ari y Zack habían sacado el cerebro de Casey del laboratorio médico y lo habían conectado a los sistemas de una nave de transporte llamada Artemis, de manera que Casey podía utilizar los sistemas audiovisuales de la nave para comunicarse con el exterior.
Casey utilizó el pulsador YES de su panel de control para hacer saber a Arí que podía verla y escucharla perfectamente. Sólo entonces Zack explicó que la guerra había terminado, los Vakkar se habían rendido y tantoél como Arí habían sido expulsados de la flota. Ahora habían decidido utilizar el Artemis para recuperar naves de guerra y transporte dañadas durante el conflicto para intentar aprovechar parte de sus sistemas o cargamento. Y para esa nueva ocupación contaban con Casey como un miembro más de la tripulación.

MISIÓN DE RUTINA

Un par de días más tarde, el Artemis circulaba por el sistema Draylak y encontraba una nave abandonada de los Vakkar en el interior de una zona de asteroides. Casey habia sido alojado en el interior de una sonda dotada de una movilidad ilimitada y Ari sugirió que fuera Casey el que probara sus nuevas habilidades explorando la nave enemiga.
Casey activó el botón STARTUP, luego el DIAGNOSTICS para comprobar el correcto funcionamiento del sistema y, finalmente, el botón DEPLOY para separarse del Artemis y lanzarse al espacio. La sonda atravesó el cinturón de asteroides, analizó la nave abandonada y se acercó a una escotilla que se abrió al disparar el láser contra el botón azul situado en la parte superior. Casey activò el botón FLOODLIGHT para iluminar el interior de la nave enemiga y exploró su interior hasta encontrar un pequeño objeto que flotaba libremente. Después de atraparlo mediante el GRAPPLE-ARM y comprobar su naturaleza con la opción ANALYSIS, Ari comprobó que el objeto carecía de interés y pidió a Casey que lo abandonara. La sonda completó la exploración de la nave sin encontrar nada importante y regresó al Artemis.

Zack propuso realizar un salto hisperespacial para dirigir el Artemis a una zona en la que se adivinaba la presencia de abundantes restos de guerra, y aunque Ari consideraba la maniobra como demasiado peligrosa, Casey se mostró partidario de realizarla.
Así que los dos pilotos prepararon la nave para el salto espacial, pero su sorpresa fue mayúscula cuando el Artemis reapareció en el punto de destino y comprobaron que se dirigían a gran velocidad hacia una gigantesca nave alienígena cuya  construcción completamente desconocida no había sido advertida por los sistemas de radar.
Ari y Zack nada pudieron hacer por evitar el desastre y el Artemis chocó frontalmente contra la nave alienígena.
El choque fue terriblemente violento, hasta el punto de que los dos pilotos quedaron inconscientes en sus asientos y todos los sistemas del Artemis se desactivaron. Sólamente Casey parecía mantener todas sus constantes activas y pudo restablecer el suministro de energía a los cuatro sistemas principales de la nave.

EN EL INTERIOR DE LA NAVE ALÍEN

Los controles de la nave volvieron a funcio nar y los dos pilotos recuperaron el conocimiento. Entonces, se dieron cuenta de la magnitud del desastre. El Artemis se había incrustado en la gigantesca nave alienigena y era imposible despegarlo de ella, y, para colmo de males la nave extraterrestre se dirigía a la corona de una estrella binaria que acabaría carbonízándoles a todos si no conseguían desviar el rumbo. La única posíbilidad de salvación consistía en entrar en la nave alienigena, localizar su sistema de navegación y variar su rumbo para alejarla de la atracción de la estrella.
Casey analizó la nave alienigena y salió de nuevo al espacio utilizando la secuencia
STARTUP - DIAGNOSTICS - DEPLOY. Cuando la senda encontró un agujero en el casco de la nave lo suficientemente grande como para utilizarlo como entrada Ari y Zack
abandonaron la cabina del Artemis, se ce locaron sendos trajes espaciales y se dirigieron al punto donde Casey les esperaba. La sonda iluminó el interior de la nave utilizando el botón FLOODLIGHT y encontró un túnel por el que descendió seguida de los dos pilotos. Finalmente, encontró una puerta circular y después de analizarla consiguió abrirla enviando una señal amarilla.
La puerta volvió a cerrarse cuando habían llegado a una pequeña sala. Arí descubrió que la atmósfera en el interior de la nave era respirable, y tanto ella como Zack decidieron quitarse los trajes espaciales. Repentinamente, un alienígena moribundo cayó a su lado y no pudieron hacer nada por salvarle, pero sólo entonces quedaron a la vista las paredes de la sala y se dieron cuenta de que tenía cuatro puertas. En una de ellas había quedado atrapado un alienigena similar al primero y, aunque no consiguieron abrir completamente la puerta, había un hueco lo suficientemente grande como para que Casey pasara por él. La senda exploro durante unos segundos la sala situada detrás de la puerta, regresó al lugar donde se encontraban sus amigos y, cuando le preguntaron si había encontrado algo parecido a un control de navegación, contestó negativamente.
Cruzaron una de las puertas restantes, visitaron una sala en la que no encontraron nada interesante y cruzaron la cuarta y última puerta. Después de atravesar un pasillo en el que encontraron más aliens muertos, llegaron a una extraña sala mucho más grande que la anterior. En el centro, había una especie de pilar de luz que se elevaba hasta la parte más alta de la cúpula y a su alrededor seis puertas de colores diferentes con unos extraños símbolos sobre ellas. Habían entrado por la puerta roja y Ari sugirió que comenzaran a explorar a partir de la puerta situada a su derecha, de color amarillo.

LA PUERTA AMARILLA

Casey analizó la puerta amarilla y descubrió que los símbolos colocados sobre ella, que podían asociarse con colores, parecían pertenecer a un lenguaje desconocido, así que decidió almacenar la secuencia de colores en su memoria y darle un nombre para recordarla en el futuro. A continuación, abrió la cubierta de la puerta enviando una señal de color amarillo y desactivó su cerradura electrónica resolviendo una prueba de lógica.
Al fondo de un largo pasillo, había una nueva sala con tres puertas.
Exploraron la habitación situada detrás de una de ellas y, asustados al escuchar ruidos amenazadores, decidieron volver a la sala de las tres puertas y atravesar la que quedaba. Estaban examinando la arquitectura de la habitación a la que habían llegado, cuando repentinamente un pequeño alienígena volador surgió como una flecha de una abertura del techo, atacó a Zack y le hizo perder el conocimiento.
Arí consiguió acabar con la bestia pero contempló con horror que un grupo de criaturas idénticas salían del mismo lugar y se dirigían hacía ella con la peor de las intenciones. Arrastrando a su amigo inconsciente, Ari consiguió a duras penas alcanzar la puerta más próxima, la cual se cerró cuando los aliens estaban a punto de atraparles. Sin duda alguna, eran estos pequeños aliens voladores los que habían invadido la nave y habían acabado con todos sus tripulantes, y esa podía ser la explicación de los cadáveres que habían encontrado hasta ahora.
Cuando Zack comenzaba a recuperar el conocimiento, la plataforma sobre la que se habían colocado comenzó a elevarse lentamente hasta alcanzar una sala circular con una extraña máquina en el centro. Casey analizó la máquina, envió una señal de color violeta, y en ese momento la bóveda de la sala se descubrió revelando una hermosa visión del espacio que les rodeaba.
Después de resolver un curioso acertijo planteado por una máquina alienígena, los tres amigos decidieron abandonar la sala, pero cuando se acercaban a la salida un nuevo grupo de aliens voladores apareció de improviso y comenzó a atacarles. Mientras Ari y Zack se defendían de las mortíferas criaturas, Casey decidió ayudarles y disparó repetidamente su láser contra los aliens, evitando en todo momento alcanzar a sus compañeros.
Pero cuando ya habían destruido la mayoría de los enemigos, un mal paso hizo que Zack disparara su arma contra la cúpula de la sala, la cual se resquebrajó y provocó una pérdida de presión que arrastró a Arí y Zack fuera de la habitación. Los dos pilotos se agarraron a duras penas a un saliente y hubieran sido absorbidos por el vacío si Casey no hubiera conseguido cerrar la bóveda enviando una señal de color amarillo.
Desgraciadamente, los repentinos cambios de presión hicieron que la sonda se golpeara contra una de las paredes de la sala y cayera inmóvil el suelo. Casey se dio cuenta que los sistemas cíbernéticos que le mantenían con vida estaban a punto de fallar y tuvo el tiempo justo para realizar un autodiagnóstico y conectar de nuevo todos les sistemas dañados por el choque.

LA PUERTA AZUL

Recuperada la calma, les tres amigos regresaron a la sala de las seis puertas y decidieron seguir con su exploración. La puerta azul, que contenía un nuevo código alíen que Casey almacenó en su memoria interna, abrió su compuerta cuando Casey envió una señal de color azul y quedó definitivamente abierta al resolver el complejo mecanismo de su cerradura.
Arí, Zack y Casey recorrieron un pasillo y llegaron a una sala en la que una plataforma comenzó a elevarse hasta llegar a un extraño lugar. Les rodeaba un paisaje desértico en el que podían verse a lo lejos altas montañas y se sentía incluso la caricia del viento. Ari y Zack estaban preguntándose si se tra taba sólo de una ilusión, cuando Zack cometó la imprudencia de alejarse de la plataforma y fue súbitamente tragado por el suelo.
Asustada, Arí se acercó al lugar donde habla desaparecido su compañero y comprobó que el suelo no era material, sino que estaba formado por una delgada película luminosa. Zack se sujetaba a duras penas a una barra metálica, pero la barra se rompió y Zack comenzó a caer al vacío. Sin perder un instante, Casey se lanzó al rescate de su amigo, consiguió que Zack se agarrara a él para detener su caída y, finalmente, regresó a la plataforma controlando con cuidado su motor de impulsión para evitar que se calentara en exceso.
De nuevo en el paisaje desértico, Casey analizó una extraña estatua alienígena colocada sobre un pedestal circular y, al enviar una señal de color azul, una parte del pedestal se separó y planteó una nueva prueba de habilidad e inteligencia.
Después de resolverla, Casey tuvo la ocurrencia de enviar a la estatua el código de colores que había encontrado en la puerta azul de la sala de las seis puertas -para ello, seleccionó el código que era adecuado y pulso sobre el botón SEND- y, repentinamente, el pedestal de la estatua se abrió dejando al descubierto una curiosa esfera.
Casey cogió la esfera con su brazo mecánico y se la mostró a sus des amigos, siendo Zack el que decidió guardarla en un saco por si más adelante les resultaba de mayor utilidad.

LAS ÚLTIMAS PUERTAS

Los tres amigos regresaron a la sala central y continuaron su aventura con la siguiente puerta. Casey la analizó, almacenó su código, envió una señal de color naranja y desactivó su cerradura resolviendo una nueva prueba de inteligencia.
Al otro lado de un largo pasillo había una habitación cerrada. Casey se fijó en la presencia sobre el suelo de un objeto que llamó su atención, así que se acercó a él y comprobó que era una especie de urna rodeada de varios óvalos de colores. Casey envió hacia la máquina el código de colores que había almacenado segundes antes en la puerta naranja y la urna se abrió, dejando al descubierto una nueva esfera que Casey cogió con ayuda de su brazo mecánico.
Casey descubrió la presencia de otra máquina alienígena, un extraño aparato con seis apéndices, cada une de los cuales tenía la punta de un color diferente. La sonda envió varias señales de colores para reactivar la máquina y finalizó la transmisión enviando tres veces la señal de color violeta, ya que de esa manera el apéndice respectivo disparó una especie de láser que, al alcanzar el cadáver de un alíen, acabó cortando una de sus garras.
De regreso a la sala central, Casey repitió el procese ya conocido con la puerta de color verde, es decir, analizarla, almacenar el código dibujado sobre ella, enviar una señal del mismo color de la puerta y, finalmente, abrirla resolviendo una prueba de ingenio. Recorrieron un pasillo y llegaren a una gran sala donde el repentino ataque de un alíen volador tuvo come consecuencia que la puerta por la que habían entrado quedara
bloqueada. Arí pidió a Casey que explorara la sala para buscar otra salida y pronto la sonda descubrió una abertura en la pared opuesta. Pero antes de explorarla, Casey comprobó que justo detrás de él habla una nueva urna idéntica a la que había encontrado pocos minutes antes, así que se acercó a ella, envió el código de la puerta verde y recogió una nueva esfera con ayuda de su brazo mecánico.
Ahora era el momento de explorar la abertura, así que Casey entró por ella y activó su foco luminoso para romper la oscuridad. Fue entonces cuando Casey se dio cuenta que se encontraba en un complejo laberinto de túneles en el que era muy fácil perder la orientación. Sólamente después de largas exploraciones, descubrió que era casi imposible realizar un mapa detallado de los túneles y que había un único camino que conducía a la libertad. Desde el punto de inicio del laberinto, debía avanzar dos veces hacia delante, girar a la izquierda, avanzar dos veces hacia adelante, repetir tres veces la combinación girar a la derecha y avanzar una vez, girar a la izquierda y finalmente avanzar dos veces hacia adelante. Entonces encontró una salida y pudo rescatar a sus amigos de su encierro.
La puerta violeta fue abierta siguiendo el mismo sistema que las anteriores. El pasillo conducía a una sala circular con siete terminales en el centro y una abertura en la pared que permitía acceder a un pasillo. Casey se acercó al primer terminal, le analizó y comprobó que dos de sus señales de colores permitían a acceder a nuevos códigos alienígenas, códigos que, aunque estuvieran formados por menos colores que los de las puertas, podían almacenarse en la memoria de la sonda de la misma manera. Casey rastreó uno tras otro los siete terminales y, de esa manera, almacenó catorce secuencias distintas en su memoria.
El pasillo conducía a una sala en la que un puente sumamente estrecho conducía a una plataforma. Ari consiguió llegar hasta la plataforma y recoger una esfera idéntica a las encentradas por Casey, pero en el momento de levantarla de su urna la plataforma quedó cubierta por un campo de fuerza.
Asustada al verse súbitamente prisionera, Ari intentó destruir la barrera con su arma, pero lo único que consiguió fue caer herida al suelo, así que Casey desactivó la barrera con una señal violeta y Zack recogió a su compañera inconsciente.

LAS ÚLTIMAS ESFERAS

De regreso a la sala de las seis puertas, Arí y Zack comprendieron que su situación era muy comprometida. Habían explorado todos los pasillos situados detrás de las puertas y no habían encontrado ni rastro de posibles contróles de navegación con los que modificar el rumbo de la nave alíenigena. Lo único que tenían eran cuatro esferas aparentemente inútiles.
Pero Casey no estaba dispuesto a darse por vencido. Atravesó de nuevo la puerta amarilla, se dirigió a la sala en la que antes no se habían detenido y encontró una nueva urna cerca de la puerta. Enviando el código recogido en la puerta amarilla, la urna se abrió dejando al descubierto una quinta esfera.
Lógicamente, la sexta esfera debía estar detrás de la puerta roja, la puerta por la que habían entrado en la gran sala central, y Casey resolvió una nueva prueba de ingenio para abrir su cerradura. No pudo almacenar en su memoria el código de colores de la puerta, ya que no tenía espacío para una nueva combinación, pero algo le decía que esta última combinación no iba a ser necesaria.
Casey llegó a la sala por la que habían entrado a la nave y atravesó de nuevo la puerta que había quedado entreabierta al haber atrapado en su movimiento a un alíen. Ya conocía la sala que había detrás, una gigantesca habitación oscura en la que destacaba la presencia de unas extrañas formas en las paredes con tres cavidades circulares, así que decidió explorar una a una dichas cavidades. En una de ellas -mirando de frente a la puerta, era la cavidad superior izquierda del segundo grupo inferior de la izquierda- encontró una gigantesca criatura alienígena que destruyó con su láser, la cual dejó caer una nueva esfera que Casey recogió con su brazo mecánico.
Al regresar a la sala de las seis puertas, el pilar luminoso del centro se desvaneció, dejando al descubierto una extraña máquina con seis agujeros circulares. Zack decidió introducir las esferas por los agujeros y en ese momento se produjo una transformación en la parte superior de la máquina apareciendo tres hendiduras. Casey atravesó la puerta naranja, atrapO con el brazo mecánico la garra alíen que había quedado antes sobre el suelo, regresó a la sala central y colocó la garra sobre las hendiduras de la máquina.
De repente, la plataforma sobre la que descansaba la máquina comenzó a elevarse hasta llegar a una nueva sala que parecía ser el centro de control de toda la nave. Ari y Zack encontraron lo que parecía ser la consola de navegación de la nave y descubrieron la presencia de un gigantesco alíenígena que se acercaba a ellos y parecía intentar comunicarse mediante un lenguaje basado en colores. Aterrorizado, Zack estaba a punto de atacar al alienígena con su arma cuando Casey decidió probar las combinaciones de colores encontradas en los terminales para intentar entablar contacto con él. La secuencia amarillo-verde-azul, una de las catorce secuencias extraídas, correspondía, al parecer, a un mensaje de paz, ya que el alien no intentó atacarles. En ese momento, un gigantesco embrión colocado en una especie de incubadora comenzó a agitarse y Arí y Zack fueron los primeros humanos en contemplar el fascinante espectáculo del nacimiento de una reina.
La nueva reina ayudó a Arí y Zack a liberar el Artemis, enseñó a Casey su lenguaje y les dio todos los materiales necesarios para reparar la nave. Dos especies muy diferentes, procadentes de mundos muy lejanos, habían compartido durante unas horas un mismo destino y ahora se separaban de nuevo, después de haber creado entre ellas sólidos lazos de amistad.



Solución por P.J.R.