El hombre avanzó cautelosamente, pegándose a la pared de la casa y sin
hacer el más mínimo ruido. La calle principal del pueblo estaba
desierta y todas las ventanas estaban cerradas. Pero el sheriff sabía,
con la certeza que da la experiencia, que detrás de ellas atisbaban
muchos pares de ojos ansiosos de no perderse el espectáculo. De pronto
sus oídos captaron un levísimo ruido a lotro lado de la ventana que
estaba frente a él;una mano armada con un revolver acababa de apoyarse
en el quicio de la ventana..
El sheriff se movió muy rápido. Con la mano izquierda agarró el
ventanal y lo hizo caer bruscamente sobre la mano. Del otro lado se
escuchó un aullido. Luego el sheriff tiró de la mano aprisionada con
todas sus fuerzas, y un hombre atravesó la ventana cerrada, haciéndola
astillas y cayendo en medio de la calle. Al momento alguien disparó
desde el tejado de la casa acribillando al hombre que se revolcaba en
medio de la calle. El sheriff saltó hacia la calle y disparó dos veces
hacia arriba. Luego se refugió de nuevo junto a la pared. Mientras
seguía avanzando, un cuerpo cayó desde el tejado con un ruido sordo.
Ahora sabía que los únicos bandidos que aún quedaban con vida estaban
en el saloon. Desde una ventana atisbó el interior del edificio: había
varios hombres que apuntaban sus armas hacia la puerta y una chica
sentada en la barra con un vaso de whisky en la mano. El sheriff no
dudó. Atravesó la ventana de un salto y rodó por el piso de madera
disparando alocadamente mientras caía. Por un minuto el saloon se
convirtió en un infierno de tiros y gritos. Luego el sheriff se irguió
entre las mesas, con el revolver humeando en su diestra.
--Lo has hecho muy bien pequeño --dijo una voz desde la
barra--. Has podido con todos. Pero aún te queda uno...
El sheriff la miró de reojo asombrado. La chica no se había movido
durante la lucha.
--¿Quien?...
--El jefe, pequeño –respondió la muchacha--, el más peligroso.
El hombre miró nerviosamente a su alrededor. La mujer dejó caer el
vaso. Antes de que éste hubiera llegado al suelo el extremo de un
látigo se enrolló en el brazo armado del sheriff y un revólver apareció
en la mano de la muchacha.
El jefe de la banda acababa de hacer su aparición. El sheriff se
volvió.
DISPARA A TODO LO QUE SE MUEVA
Sólo así tendrás una oportunidad de salir con vida, puesto que nada de
lo aparezca en pantalla estará allí para darte los buenos días. El
juego consta de cinco fases, cada una de las cuales nos enfrentará a un
peligroso enemigo final.
En la primera atravesaremos un típico pueblo del oeste, repleto de
bandidos a cuya cabeza estará el temido caratapada.
Luego cruzaremos la estación donde tras efectuar inacabables masacres
nos encontraremos de bruces con una atractiva pero peligrosa damisela
que hará maravillas con sus revólveres. Si somos lo bastante poco
caballerosos como para cargárnosla, continuaremos nuestro camino por un
desfiladero donde tribus enteras de indios nos confundirán con un
pariente cercano del general Custer.
Al final de esta frase habremos de acabar con un turbio y rico
personaje especialista en el lanzamiento de bombas.
En la cuarta fase nos subiremos a una balsa para atravesar un peligroso
río lleno de caimanes, indios y otros enemigos.
Si logramos acabar con Barbagris, último enemigo de esta fase
llegaremos a la pradera donde encontraremos a un adversario muy joven y
muy cargado de malas intenciones, que nos lanzará boomerangs.
Dispara a las estrellas para conseguir vidas extra y elude los
disparos, bombas y enemigos que te atacarán por la espalda, y reserva
tus energías para los enemigos finales de cada fase.
Y ahora respira hondo, apaga la radio y enciérrate en tu cuarto...
Jamás te arrepentirás.
CONTROLES
Se puede manejar el juego con el teclado o con un joytick. El teclado
es totalmente redefinible.
EQUIPO DE DISEÑO
PROGRAMA: Juan Carlos García.
GRAFICOS: Julio Martín y Miguel Blanco.
MUSICA: Gominolas.
PROGRAMADO POR: Gonzalo Martín.
PANTALLA DE CARGA: Javier Cano.
CARATULA: Alfonso Azpiri.