El Hermano Nonato, también conocido entre sus compañeros novicios como
Noni, temblaba de pánico bajo su ancha túnica. Ahora recordaba, casi
con añoranza, las anteriores pruebas a las que le había sometido la
Orden Vitigudina, con el fin de comprobar si realmente merecía ser
Ordenado como uno de sus Miembros.
Casi deseó regresar al monasterio, renunciar a la Prueba y volver a
dedicarse a sus tareas habituales como limpiador de Ietrinas y pelador
de patatas.
Pero recordó las pruebas anteriores y se mantuvo firme. Después de todo
-pensó-, sólo quedaba una prueba y si no la afrontaba, de qué habrían
servido los 40 días de ayuno en el desierto, sino para restar algo de
redondez a su oronda figura?
Por ello continuó avanzando, aunque hubiera deseado que los habitantes
del pueblo hubieran sido algo menos precisos en las descripciones de
las calamidades de las cuales él tenía que Iiberarles.
Estaba asustado pero Ia fe le daba fuerzas y se había preparado bien.
Por ello cuando se encontró de frente con la columna de humo y el
demonio de clase menor brotó de ella para saltar sobre él, pudo
salvarse gracias al pentagrama que había tenido la precaución de
dibujar horas antes.
La criatura infernal retrocedió al verle, pretendiendo ponerse a salvo
dentro del espeso humo, pero Nonato no le dio tiempo. Con una rapidez
impropia de su afable apariencia, el novicio le lanzó una rociada de
Agua Bendita de clase 26 y todo terminó con un aullido estremecedor y
un espantoso hedor a azufre.
Con un suspiro, continuó andando hasta llegar a las puertas del Bosque
Sombrío, en las afueras del pueblo. Allí, ante la sorpresa de nuestro
héroe, yacía dormida en obvio incumplimiento del deber, una pequeña
criatura con cuernos, rabo y una gran panza sobre la que reposaban dos
diminutas manos. Entonces con gran calma, Nonato se dispuso a dejarle
caer encima una gota de Agua Bendita. El efecto fue pavoroso:
-Déjame libre -sollozó- a cambio te diré como puedes desencantar el
pueblo.
OMNIA TEMPTATION EST -respondió Nonato, pero con el Agua Bendita
suspendida sobre Su cabeza, el diablillo respondió a todas las
preguntas del Novicio...
AH, ¿PERO LOS MONJES DlSPARAN?
No creas que nuestro protagonista podría llevar a buen término su
misión, si no fuese por la cantidad de armas que puede utilizar. El
primer tipo de disparo que llevamos son flechas, las cuales nos sevirán
para defendemos de nuestros primeros enemigos y poder encontrar más
armas y objetos útiles.
La mayoria de objetos y tipos de disparo se encuentran generalmente
escondidos detrás de cofres y calaveras. Dispara cuando veas uno de
estos objetos y podrás encontrar bolas de fuego, cristales, flechas de
autorrepetición, vidas extra, etc...
En determinados cofres puedes encontrar unas alitas que al cogerlas te
servirán para poder volar y eludir, de este modo, obstáculos
infranqueables.